Voces de FUKUSHIMA Vol.3 Sra. Ikuko TAKANO

Por este tiempo ya se podía pasar por la carretera, y para la misa de la Pascua de Resurrección fuimos a Sendai, tomando el viaje una hora y media. A lo largo de la Ruta No.6, los paisajes eran impresionantes, no se pueden describir con palabras. Más de 100 barcos estaban tumbados de costado por todas las partes. No es posible describir lo que se veía en la zona del Pacífico cuando entramos en la Provincia de Miyagi. Para la busca de los cadáveres, estaban removiendo escombros. Por otra parte, las restauraciones de la ciudad de Minamisoma, provincia de Fukushima, estaban atrasadas a causa del accidente de la fuga radioactiva de la Central Nuclear.

El 27 de abril fue restablecido el servicio de Shinkansen (tren super exprés) de Tohoku, y vino el Padre Provincial de la OP Dominicos y compartimos opiniones sobre el futuro de nuestra iglesia. Los cuatro feligreses de la parroquia hablaron con el Padre Provincial y llegaron a la conclusión de que no se cerraría la iglesia.

El 22 de abril el Gobierno había cambiado la orden de “Evacuación Bajo Techado” a la de “Zona Preparativa para Evacuación en Caso de Emergencia”. Aun así, no podíamos realizar ninguna construcción ni reparación, ya que faltaba mano de obra y no teníamos material. Sin embargo, después de todos estos incidentes, llegaron múltiples donaciones de todas partes de Japón y del mundo entero a la diócesis de Sendai, con las cuales pudimos iniciar la restauración de la iglesia. En la distribución de los escasos constructores que había en ese momento, afortunadamente nos tocó de primero.

El 1 de junio el Obispo Hiraga dispuso asignar un sacerdote japonés permanente para los templos afectados por el terremoto y maremoto. Así nos ha llegado el Padre Umezu como párroco. Nos pusimos muy contentos de tener alguien a quien podíamos consultar y de quien recibir apoyo moral.

El sábado 11 de junio nos visitó el Obispo Koda de Tokyo junto a cuatro personas de CTVC (Catholic Tokyo Volunteer Center), quienes nos preguntaron si necesitábamos algo. No supimos contestar pero sí le pedimos que ofreciera una misa para asistir todos juntos ya que disminuyeron drásticamente los miembros de nuestra parroquia.