Voces de FUKUSHIMA Vol.1 Sra. Mikako TAKAHASHI

“¿Cómo podemos vivir afrontando a la radiación en Minamisouma desde 2011?”

2013.3.8 (Viernes)
Conferenciante: Mikako Takahashi
Directora general de la Lavandería Hokuyosha S.A.

Nosotros vivíamos en una zona de Minamisoma, la ciudad ubicada a 25 kilómetros de la central nuclear. Nuestro barrio no fue afectado directamente por el terremoto. Pero en algunos barrios cercanos, los edificios quedaron completamente derrumbados. Y hubo barrios que fueron devastados por el tsunami que ocurrió después del terremoto. En la misma región, en los pueblos de Namiecho y Odakacho, los edificios también se desplomaron. Estos pequeños pueblos están situados de 10 a 20 km de la planta nuclear.
En Namiecho, desde la mañana del día 12 Marzo de 2011, el gobierno les anunció a los habitantes que el Primer Ministro de Japón exigió la evacuación inmediata. Este anuncio se dio antes de la explosión de la planta.
En la zona situada a menos de 3 km de la central nuclear, llegó un autobús el día 11. Los habitantes de ese radio pudieron huir junto con los trabajadores de la central. Pero el autobús no llegó a tiempo para los habitantes del pueblo de Futabacho, situado a 5 km de la planta. A estas personas se les anunció que quienes contaban con coches debían evacuar inmediatamente del pueblo.
De 7 mil habitantes de Futabacho, 5 mil huyeron en sus vehículos y otros salieron después en los autobuses. En los anuncios dirigidos a la población, les pedían que no llevaran muchas cosas sólo los elementos personales esenciales. Al tratarse de un pueblo muy tranquilo y sin problemas de robos, creían que podrían regresarse después de un rato, entonces no cerraron sus puertas.
Fue muy difícil encontrar un alojamiento. Buscaron en distintos lugares por varios días, incluso semanas. Vivían como vagabundos. El primer refugio que encontraron fue en el pueblo de Namiecho. Después se refugiaron en Namiecho Tsushima, Iidate, Kawamata, Fukushima, Koriyama y una vez más Fukushima… todos estos pueblos contaminados con un alto grado de radiación pero se lo notaron después de un rato.

En el pueblo de Iidate faltaba el agua y se lavaban las manos con la nieve. Los niños que se refugiaron en estos pueblos, nunca habían visto la nieve, por eso se divertían jugando con la nieve.
En cualquier sitio el problema era la falta de agua. Cuando llegaba el tanque de agua, las madres llevaban a sus hijos. Tenían que hacer una fila muy larga. Como no sabían nada de la radiación en ese momento, sacaban a sus hijos a las calles. Poco a poco salían las noticias que revelaban el verdadero estado de la situación. Como se lo enteraron tarde, no pudieron consumir el yodo en el momento oportuno para prevenir los efectos secundarios de la radiación.

El gobierno señalaba guías y orientaciones para la seguridad de los ciudadanos ante la radiación. Pero las cifras que indicaban eran para los adultos, sin tomar en cuenta de los niños. De ahí el sufrimiento de los padres.

Todos tuvieron que refugiarse, incluidos los miembros de la prensa, agentes de correos y otros servicios. No podían sacar dinero de los cajeros automáticos. Los que no tenían efectivos no podían comprar nada.

La noticia de que las vacas de Minamisoma estaban también afectadas por la radiación se unió a la calamidad. Como Las compañías de transporte no podían entrar a la zona, todos se pararon hasta Koriyama, los materiales y las noticias no llegaban al pueblo. No tenían acceso a los alimentos ni suministros para sus animales. Los ganaderos no sabían que las alimentaban con comida contaminada. Después de conocer la realidad de la contaminación, muchos criticaban los ganaderos por la alimentación de las vacas con alimentos contaminados. La acusación era injusta, como los ganaderos no conocían la realidad. Por ello estaban tan enfadados con los medios de comunicación por la manipulación de la información. Un gran pánico se difundió por la radiación que no se podía percibir a simple vista..

Desde el principio, los ciudadanos no estaban de acuerdo con la construcción de la central nuclear porque sabían que debajo de esta central estaba las placas tectónicas. Al inaugurarse la central nuclear se advertían del peligro de una futura explosión, en tal caso, no se podría refugiarse. Pero después de 40 años se confiaron en la tecnología y aportes de la ciencia.

Pero por el accidente, la tierra donde hemos nacido y crecido, se ha contaminado totalmente de la radiación y ya no podemos comer lo que cultivamos en nuestra tierra natal.